Es factible convertir un automóvil antiguo a eléctrico
Han pasado más de tres años desde que se emitió un reportaje en Chilevisión que mostraba el caso de Jaime Artaza, un psicólogo que se dio cuenta de un vacío legal en la normativa chilena: permitía la conversión a vehículos eléctricos de aquellos fabricados antes de 1992, lo cual incluía su Daihatsu Charade de los años 80.
Si deseas ver cómo funciona este vehículo eléctrico Charade, puedes ver el video:
Después de la emisión de este reportaje en la televisión abierta, el gobierno reaccionó de inmediato y envió una orden a todos los centros de revisión técnica, prohibiéndoles aprobar este tipo de vehículos en sus instalaciones.
¿Cómo puede ser posible que esto ocurra en un país que tiene una estrategia ambiciosa y verde de movilidad eléctrica para el año 2035? Bueno, los expertos consideran que este debate es absurdo.
Apenas se entiende la inacción del gobierno al preguntarles el motivo detrás de esta medida. Habrá que esperar qué respuesta ofrece la administración actual al respecto.
Las razones que se mencionan están relacionadas con el hecho de que, al modificar la estructura y el motor del automóvil, este perdería ciertos patrones de ingeniería que están diseñados para afrontar curvas, frenadas, aceleraciones o maniobras. El automóvil, después de la conversión, se vuelve más ligero y el centro de gravedad podría verse distorsionado.
Al mismo tiempo, no se proponen medidas para avanzar en la homologación de automóviles desde el motor de combustión a los eléctricos. Simplemente se prohíbe, sin tener en cuenta que países como Estados Unidos tienen estándares claros sobre cómo compensar el peso y otras variables al modificar vehículos.
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¿Por qué se establece el límite del año 1992 hacia atrás?
La legislación presenta un vacío legal en el cual se establece que los vehículos a partir de 1992, al contar con el sello verde, no requerirían una conversión significativa. Sin embargo, la realidad actual es diferente. En este sentido, expertos de la Universidad de Chile coinciden en que dicha norma debería permitir la modificación de vehículos al menos del 2008 hacia atrás.
Esto se debe a que las regulaciones de emisiones han evolucionado. De hecho, en Santiago, siguiendo las normas de restricción vehicular y circulación, se debería permitir la modificación de todos los vehículos con 10 o más años de antigüedad, otorgando una mayor vigencia a los automóviles de combustión que de lo contrario estarían siendo gradualmente obsoletos.
A pesar de esto, dado que hasta el año 2019 existía este vacío legal y no había un pronunciamiento por parte del gobierno, surgieron empresas dedicadas a realizar conversiones de motores convencionales a eléctricos.
Estas empresas aseguran estar dispuestas a negociar los estándares que deben cumplirse para que las conversiones a vehículos eléctricos sean completamente legales y puedan circular sin dificultades. Solo hace falta regularizar esta situación.
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¿Qué empresas realizan la conversión a vehículo eléctrico?
Movener
Este proyecto empresarial de origen chileno tiene un objetivo claro: convertir cualquier vehículo de combustión en uno totalmente eléctrico.
Mientras que el costo de una conversión ronda los $5.000.000, adquirir un vehículo eléctrico puede costar hasta cinco o seis veces más.
Se espera que la autonomía alcance los 300 kilómetros y que esto implique una reducción de aproximadamente el 80% en los gastos de combustible.
De acuerdo con un artículo publicado en el Portal Movilidad, desde la implementación de la normativa que ha prohibido la conversión de automóviles, la empresa se encuentra trabajando en el proceso de «transición a cero emisiones para todos los vehículos que no requieren inspección técnica, como barcos, así como sistemas de refrigeración, bombeo, máquinas mineras e industriales»
Reborn Electric
Reborn Electric, una empresa chilena, también está dedicada a acelerar el cambio hacia la electromovilidad. A pesar de tener poco más de 5 años en el mercado, ya se ha destacado por convertir un autobús de la flota de Transantiago de la empresa Metbus.
Se espera que una vez que la conversión sea regulada, tanto Reborn como Movener, entre otras empresas, puedan tener un gran impacto en la transformación de vehículos particulares a eléctricos.
