El atractivo de un videojuego de mundo abierto radica en gran medida en su capacidad para sumergirte en un mundo estéticamente agradable, lleno de personajes auténticos.
Además, muchos consideran que cuanto más grande sea este mundo, mejor, ya que proporciona la oportunidad de explorar y descubrir nuevas zonas en el juego.
Con esta premisa en mente, muchos jugadores buscan vivir aventuras y admirar paisajes impresionantes mientras se adentran en bosques y terrenos desconocidos, como ocurre en juegos como The Elder Scrolls V: Skyrim.
No obstante, no todos los juegos siguen esta fórmula, ya que crear un mundo grande y hermoso no siempre es suficiente para atraer a los jugadores.
Si el juego se limita únicamente a ofrecer paisajes bonitos, es posible que algunos jugadores encuentren algún tipo de atractivo en él, pero en realidad la mayoría busca interactuar con elementos dentro del juego.
La experiencia de un jugador puede verse afectada negativamente si solo camina sin encontrar nada significativo, lo cual nos lleva a la conclusión de que muchos juegos se centran en llenar estos espacios con elementos que enriquezcan la experiencia general del videojuego.
Minecraft es un ejemplo exitoso de un juego de mundo abierto que incorpora todos estos conceptos. Este juego, disponible principalmente para ordenadores pero también para dispositivos móviles con Android o iOS, ofrece un vasto mundo para explorar y siempre hay cosas por hacer, como luchar contra criaturas nocturnas, construir impresionantes edificios, crear faros mágicos giratorios, sobrevivir en la oscuridad o incluso criar establos para caballos o ganado.
Gran parte de su atractivo radica en la capacidad de adentrarse en lo desconocido y descubrir nuevos recursos, animales y personajes con los que interactuar. Sin embargo, cuando nos encontramos con un mapa tan extenso como el de Minecraft, surge la duda de cómo orientarse en el juego. La respuesta es sencilla: mediante una brújula.
¿Cómo podemos hacer una brújula?
En el vasto mapa de Minecraft, es común sentir la necesidad de explorar áreas cercanas y perderse entre los árboles o el océano. Al principio del juego, esto puede suceder sin pensarlo, pero en etapas más avanzadas puede convertirse en un problema perderse.
Una vez que tienes una casa o una base desde donde realizar tus actividades y guardar tus objetos, extraviarte puede ser un inconveniente al intentar regresar.
Para resolver esto, puedes crear una brújula que apuntará al punto de inicio de tu partida o a la última cama en la que dormiste. Este objeto puede ser muy valioso para jugadores principiantes.
Para fabricar una brújula, solo necesitas cuatro lingotes de hierro y una piedra roja (redstone). Coloca la piedra en el centro de la mesa de trabajo y los lingotes de hierro en los cuatro puntos cardinales. Obtendrás una brújula confiable que apuntará al punto de origen desde el principio.
¿Cómo usar una piedra imán?
Si viajas o creas un portal en Minecraft a otra dimensión como el End o el Nether, puede que notes que la brújula comienza a girar sin control, ya que no estás en la misma dimensión que tu punto de origen.
Para solucionar esto, puedes usar una piedra imán para magnetizar la brújula y que apunte en la dirección deseada. Esto también se puede hacer para lugares de referencia en cualquier mundo.
La piedra imán está hecha de un lingote de netherita y ocho ladrillos de piedra cincelados. Una vez creada, puedes colocar este bloque en cualquier lugar, magnetizar tu brújula y explorar cualquier lugar sin temor a perderte nuevamente.
