¿Por qué duran tantos años las carreras universitarias en Chile?
En el contexto de la disminución de la brecha educativa y el impulso para ampliar el acceso a la educación superior, el gobierno se ha fijado metas ambiciosas. Sin embargo, esta cruzada plantea una interrogante recurrente entre los estudiantes chilenos: ¿Por qué duran tantos años las carreras universitarias en nuestro país?
Para cursar una carrera universitaria en Chile, no solo se requiere una considerable inversión de tiempo, sino también de recursos económicos, a menos que se tenga acceso a becas o beneficios como la Gratuidad.
Para medir la duración de una carrera, las instituciones de educación superior utilizan dos conceptos clave: la duración real y la duración formal.
La duración real hace referencia al tiempo transcurrido desde que un estudiante ingresa a la universidad hasta que obtiene su título profesional. Por otro lado, la duración formal corresponde al número de semestres que se requiere para completar el programa de estudios de una determinada carrera.
Si comparamos la duración de las carreras universitarias en Chile con otros países, encontramos algunas diferencias significativas.
Por ejemplo, en Estados Unidos, el promedio de duración para obtener una licenciatura es de 4 años de estudio a tiempo completo.
En el caso de España, las carreras universitarias tienen una duración formal de 4 años, a excepción de las carreras relacionadas con el área de la salud, que recientemente aumentaron su duración de 3 a 4 años. En Escocia, los estudios de pregrado también tienen una duración similar.
Por otro lado, en Inglaterra y Gales, algunas carreras universitarias tienen una duración formal promedio de tres o cuatro años. No obstante, es importante destacar que en Escocia, Inglaterra y Gales, las carreras de la salud, como Medicina, pueden tener una duración de hasta 6 años.
Entonces, ¿por qué son tan extensas las carreras en Chile?
Según los expertos, uno de los factores relevantes detrás de la extensión de las carreras universitarias en Chile es la evaluación y análisis realizado por el Consejo Nacional de Acreditación (CNA).
La duración de las carreras universitarias en Chile
En Chile, la duración de las carreras universitarias es un tema que genera debate y análisis entre los académicos del país. La extensión de las carreras se ve influenciada por varios elementos, entre ellos la acreditación, la cantidad de contenidos y el análisis de cada universidad.
La importancia de la acreditación
El organismo encargado de la promoción, evaluación y acreditación de la calidad de las instituciones de educación superior en Chile es fundamental para determinar la duración de las carreras. La acreditación garantiza la calidad de los programas y la formación que reciben los estudiantes.
La cantidad de contenidos de las carreras
Otro elemento que influye en la duración de las carreras es la cantidad de contenidos que deben ser incluidos en cada programa. Por ejemplo, carreras como las ingenierías suelen durar más debido a la gran cantidad de conocimientos técnicos que deben ser impartidos.
Análisis de cada universidad
Cada universidad tiene la libertad de establecer las mallas curriculares de sus carreras, lo que implica un análisis interno para determinar la duración de cada programa. Aunque existe un acuerdo general de que las carreras universitarias deben durar aproximadamente 5 años, cada institución tiene autonomía para decidir la duración específica.
Según Ana Luz Durán, decana de la Facultad de Educación de la Universidad San Sebastián (USS), ninguna universidad se arriesga a hacer carreras muy cortas, ya que esto podría afectar la acreditación institucional. Además, el perfil de ingreso de los estudiantes también se considera, ya que algunos requieren una nivelación de conocimientos en los primeros años de su carrera.
En resumen, la duración de las carreras universitarias en Chile es un tema complejo que involucra múltiples factores como la acreditación, la cantidad de contenidos y el análisis interno de cada universidad. Aunque existe una duración aproximada de 5 años, cada programa debe adaptarse a las necesidades de formación de los estudiantes y a los estándares de calidad establecidos por los organismos correspondientes.
El desafío de acercar la duración real de las carreras universitarias a su duración formal
En la educación superior, existe un importante desafío: acercar la duración real promedio de las carreras universitarias a su duración formal. Según estudios académicos, una de las claves para lograr este objetivo es mejorar las mallas curriculares de las carreras y hacerlas más flexibles.
Disminuir la duración real de las carreras implica que las mallas curriculares deben estar mejor articuladas, con prerrequisitos, contenidos, competencias y habilidades que se desarrollen de manera eficiente. Sin embargo, también es necesario contar con mayores niveles de flexibilidad académica.
Pero, ¿qué implica realmente la flexibilidad académica? La flexibilidad consiste en brindar a los estudiantes la oportunidad de, por ejemplo, cambiar de carrera sin que sus avances académicos se vean afectados. Esto es especialmente relevante considerando que muchos jóvenes aún no tienen claridad sobre su vocación futura.
Según expertos, es fundamental contar con mecanismos que permitan generar movilidad e incorporar temas ausentes en las mallas curriculares, como los bachilleratos. El objetivo es que las carreras sean menos rígidas, ya que el modelo actual no está funcionando de manera óptima.
En la actualidad, existen jóvenes que tardan un 75% más del tiempo estimado en cursar una carrera universitaria, lo que implica, por ejemplo, pasar de 5 años a 7 años y medio. Es evidente que algo no está calibrado correctamente y se requieren cambios significativos para abordar esta problemática.
La importancia de estudiar la realidad de los estudiantes
Para lograr una revisión efectiva de los tiempos de duración de las carreras universitarias, es necesario estudiar la realidad de los estudiantes desde distintas perspectivas. Marcelo Pinochet, académico de la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad Católica del Maule y doctor en Sociología, señala que es fundamental considerar los primeros años de formación de los alumnos.
Según Pinochet, en muchos casos, especialmente en carreras con puntajes más bajos de ingreso, los primeros años son clave para preparar a los jóvenes en la vida universitaria. Estos años sirven para introducir a los estudiantes en las materias disciplinarias y profesionales que estudiarán a lo largo de la carrera.
En conclusión, mejorar la duración real de las carreras universitarias implica repensar las mallas curriculares, promover la flexibilidad académica y estudiar la realidad de los estudiantes. Solo así será posible reducir los tiempos de estudio y garantizar una formación eficiente y adecuada a las necesidades de cada estudiante.
Según los expertos, hay carreras universitarias en las que el primer año es fundamental para nivelar los conocimientos previos de los estudiantes. Por lo tanto, estas carreras deberían mantener una duración de 5 años sin modificaciones. Aunque hay quienes dicen que un estudiante no tarda 5 años en completar la carrera, sino 7 u 8 años.
Área | Carrera | Duración Formal | Duración Real |
Tecnología | Ingeniería Civil Ambiental | 11,7 | 16,8 |
Tecnología | Ingeniería Civil Electrónica | 11,8 | 16,8 |
Tecnología | Ingeniería en Matemática y Estadística | 10,3 | 16,7 |
Tecnología | Ingeniería Civil Metalúrgica | 11,6 | 16,7 |
Derecho | Derecho | 10,5 | 16,6 |
Tecnología | Ingeniería Civil Eléctrica | 11,8 | 16,5 |
Tecnología | Ingeniería Civil Mecánica | 11,9 | 16,3 |
Ciencias Básicas | Geología | 10,4 | 16,2 |
Salud | Odontología | 11,9 | 16,2 |
Tecnología | Ingeniería Civil Química | 11,8 | 16,2 |
El impacto de la pandemia en las aulas
Según los expertos y académicos, la pandemia ha afectado directamente la formación académica de los estudiantes que pronto ingresarán a la educación superior. Ana Luz Durán afirma que el impacto de la pandemia en el sistema escolar se refleja en al menos dos aspectos que acentúan las brechas educativas: la deserción escolar y la ausencia de asistencia.
«Esta situación del sistema escolar en los últimos años, como resultado de la pandemia, y que tiene otros factores asociados como la calidad de la educación, también se refleja en la educación superior. Por lo tanto, el gran desafío que tiene la educación superior es nivelar esas brechas, especialmente en las universidades más inclusivas», afirma Durán.
Esta perspectiva es compartida por el académico Marcelo Pinochet, quien asegura que «existe una brecha entre las diferentes escuelas en cuanto a cómo abordaron la pandemia». A su juicio, el principal problema provino del «trabajo a distancia a través de plataformas, las capacidades tecnológicas de una familia en comparación con otra, no solo por motivos económicos, sino también geográficos».